La
travesía se inició el 18 de mayo del 2010 en el barrio Vista Hermosa de
Armenia, cuando por primera vez visité como cogestora social de la Agencia
Nacional para la Superación de la Pobreza Extrema – ANSPE, la vivienda que
tenían en arriendo Ovidio Sabogal, su señora Diana Milena, y el pequeño Samuel,
que para entonces era el único hijo de la pareja.
En ese instante empezó mi labor como miembro del
ejército azul, acompañando a la familia en el cumplimiento de los sueños y
proyectos que querían alcanzar, porque si algo mostraron desde el comienzo fue
su firme voluntad de progresar.
Para ese entonces Diana trabajaba en una casa de
familia. Como para ella era claro que quería superarse aprovechó mi consejo de
terminar la primaria. Hoy ya cursa séptimo grado de bachillerato y tiene su
negocio de ambientadores para el hogar. En este proceso la apoyé en la
elaboración de las etiquetas para su empresa, que se llama Odisami.
Como cogestora también me propuse la meta de
apoyar a Ovidio para que abriera la puerta hacia un empleo formal. Gracias a la
oferta generada por la ANSPE y el Ejército nacional, mi primer paso fue
gestionarle la entrega gratuita de su libreta militar por parte de la Octava
Brigada, lo cual lo puso inmensamente feliz.
Diana, por su parte, siguió capacitándose y
aprovechó el programa de enganche laboral, con el cual mejoró su perfil para el
trabajo.
Un año después de iniciar el acompañamiento
Diana Milena tuvo a Miguel Ángel, un lindo niño que infortunadamente nació con
niveles de azúcar altos. Los médicos les decían que esto tendría consecuencias
muy graves, pero Miguel Ángel demostró con el tiempo que tenía el mismo
espíritu de lucha de sus padres. Gracias a Dios y a los continuos cuidados, a
sus tres años está muy bien.
Con la gestión de ANSPE, tanto Miguel Ángel como
Samuel gozan del beneficio del programa Más Familias en Acción y de estudio,
uno en el jardín y el otro en el colegio. De igual forma, Diana Milena, de 28
años, aplicó para obtener recursos del programa Ingreso Social.
Mientras tanto Ovidio, de 43 años, trabaja en un
almacén de repuestos para motos. Con su compromiso y el de Diana lograron
comprar la casa donde vivían en arriendo, gracias inicialmente a un préstamo
que les aprobaron en el Fondo Nacional del Ahorro.
En el cumplimiento de semejante anhelo fue
determinante el jefe de Ovidio, don Carlos Andrés. Él y su señora Yudi Andrea,
se conmovieron con sus difíciles condiciones de vida y al mismo tiempo con la
seriedad y el compromiso de los Sabogal Vanegas y decidieron darles una ayuda
económica para que terminaran de cumplir su sueño. Un logro muy importante
dentro de su Plan Familiar para el ingreso a la senda de la prosperidad.
Así, esta servidora de la ANSPE fue la encargada
de mostrar estas puertas y enseñar a abrirlas para que esta familia dejara de
ser vulnerable y tuviera por fin felicidad, tranquilidad y paz bajo un techo
propio.
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